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MOMENTOS ATERRADORES

Lectura: Salmo 23 
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo… —Salmo 23:4


Cuando nació nuestro primer hijo, mi esposa Marlene estuvo en trabajo de parto durante más de 30 horas, lo cual les generó un estrés tremendo a ella y al bebé. El doctor, que reemplazaba a su médico habitual, no estaba familiarizado ni con ella ni con el embarazo. Por eso, esperó demasiado para hacer una cesárea de emergencia, y el trauma resultante hizo que mi hijo quedara internado en la unidad neonatal de cuidados intensivos. No se podía hacer nada para ayudar a nuestro bebé a superar su estado innecesariamente provocado.

Por la gracia de Dios, Mateo se recuperó… pero no recuerdo otro momento de mi vida tan aterrador como aquel, cuando me paré junto a su cuna en la unidad de terapia intensiva. No obstante, sabía que el Señor estaba cerca mientras hablaba con Él en oración.

En los momentos aterradores de la vida (y en todos los otros también), nada puede brindar mayor consuelo a un corazón angustiado que la realidad de la presencia y el cuidado del Señor. El salmista David escribió: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento» (Salmo 23:4).

Cuando el miedo nos abruma, el Señor está con nosotros. Su presencia consoladora nos ayudará a atravesar las pruebas más tremendas.
—WEC
La presencia de Dios es sinónimo de paz.
Tomado: Ministerios RBC

TE LLAMA

Lectura: 1 Samuel 3:1-10 
Y el Señor volvió a llamar otra vez a Samuel… —1 Samuel 3:6


Con dos compañeros de trabajo, acabábamos de pasar por el control de seguridad del aeropuerto e íbamos camino a la puerta de embarque, cuando oí que me llamaban: «Anne Cetas, comunicarse con información». No es un nombre común, así que, sabía que era el mío. Supuse que, sin pensar, había olvidado algo en el mostrador al registrar el equipaje. Le pregunté a un agente y me dijo que tomara un teléfono rojo, que diera mi nombre y preguntara por qué me buscaban. Llamé, pero el operador dijo: «No, a usted no la hemos llamado». Respondí: «Pero estoy segura de que era mi nombre». Él replicó dos veces: «No, nosotros no la buscábamos a usted». Jamás descubrí por qué me habían llamado aquel día.

Hace mucho, un joven de nombre Samuel oyó que alguien lo llamaba (1 Samuel 3:4). Las Escrituras dicen que «no había conocido aún al Señor, ni la palabra del Señor le había sido revelada» (v. 7). Por eso, Elí, el sacerdote del templo, lo ayudó a dilucidar quién lo llamaba (vv. 8-9). Entonces, Dios le reveló a Samuel el plan para su vida.

El Señor también tiene un plan para nosotros y llama a nuestro corazón, diciendo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28). De este modo, Él nos llama para que recibamos el don de su salvación, y reposo y paz.

El Salvador nos llama para que acudamos a Él.—AMC
Cristo llama a los intranquilos para que encuentren tranquilidad en Él.
Tomado: Ministerios RBC

LO MEJOR ESTÁ POR VENIR


Lectura: Efesios 5:15-21 
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, […] aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. —Efesios 5:15-16


La vida se parece mucho al clima… es estacional. Nos guste o no, tiende a pasar hacia la próxima estación. Y cuando esto sucede, solemos vacilar e incluso temer lo que pudiera estar por delante.

Esto es especialmente cierto en las últimas etapas de la vida, cuando nos asaltan pensamientos tales como: ¿Me quedaré solo? ¿Estaré bien de salud? ¿Me alcanzará el dinero? ¿Mantendré mi lucidez mental? Como en todas las etapas de la vida, tenemos que tomar decisiones: malgastar ese período con ideas atemorizantes o, como dice Pablo: «… [aprovechar] bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:16).

Sea cual sea tu edad, puedes contar con la fidelidad de Dios. Él declara: «No te desampararé, ni te dejaré». Por eso, podemos decir valientemente: «El Señor es mi ayudador; no temeré…» (Hebreos 13:5-6).

Ya que cuentas con la presencia y la provisión del Señor, saca el mayor provecho de tu tiempo en todas las estaciones, siguiendo a Jesús de cerca, pasando tiempo en su Palabra y en oración, amando y perdonando más que antes, y sirviendo a los demás con gozo y generosidad.

Dios nos ha bendecido con la etapa que vivimos ahora… ¡aprovechémosla al máximo!
—JMS
La vida es importante… ¡aprovéchala al máximo!

Tomado: Ministerios RBC

AHORA VEO


Lectura: Juan 14:15-27 
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, […] él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. —Juan 14:26


Aunque es ciega y le cuesta entender la ambientación y los movimientos de los personajes en el escenario, a Débora Kendrick le encanta asistir a los musicales de Broadway. Sin embargo, hace poco, asistió a una obra que usaba la nueva tecnología D-Scriptive, que transmite los elementos visuales de la representación en escena a través de un pequeño receptor de FM. La narración grabada, coordinada con las luces y los sonidos del tablero de control, describe la escena y la acción a medida que se desarrolla. En un artículo del periódico The Columbus Dispatch, Débora declaró: «Si me preguntan si vi un espectáculo la semana pasada en Nueva York, mi respuesta es que sí… De manera genuina e inequívoca, siento que vi el espectáculo».

Su experiencia me impactó al considerarla una ilustración vívida del papel del Espíritu Santo en nosotros para que entendamos la Palabra de Dios. Justo antes de que Jesús fuera a la cruz, les dijo a sus seguidores que «el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho» (Juan 14:26).

Cuando abrimos la Biblia para leerla o estudiarla, el Espíritu de verdad que mora en nosotros nos guía a toda verdad (16:13). Sin su ayuda, estamos ciegos, pero con su guía, podemos ver.
—DCM
El Padre dio el Espíritu para que nos enseñe la Palabra.
Tomado: Ministerios RBC

UNA OBRA MARAVILLOSA


Lectura: Salmo 139:13-18 
… maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. —Salmo 139:14


Hace poco, durante una consulta con el oculista, el médico sacó un instrumento que yo nunca había visto. Le pregunté qué era, y contestó: «Voy a usarlo para fotografiar la parte interior del fondo del ojo».

Me maravilló que alguien hubiera inventado una cámara que pudiera hacer eso. Pero más me asombró que esa foto le indicara algo al doctor. Dijo: «Con solo mirar el fondo de tu ojo, podemos obtener muchos detalles de tu estado de salud actual».

Ese comentario me dejó pasmado. Es notable que la salud general de una persona pueda evaluarse al revisar el ojo. ¡Qué cuidadoso ha sido Dios al colocar estos detalles en el cuerpo de sus criaturas! Esto trae a mi mente las palabras del salmista David al deleitarse en la creatividad del Señor: «Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien» (Salmo 139:14).

La enorme complejidad de nuestro cuerpo refleja el ingenio y la sabiduría de nuestro gran Creador. La maravilla del diseño divino nos deja más que estupefactos… ¡nos da innumerables razones para adorar a Dios!
—WEC
Dios creó todas las cosas y les ha puesto su autógrafo.
Tomado:  Ministerios RBC

SUFRIMIENTO FORTALECEDOR



Lectura: 1 Pedro 5:1-11
Mas el Dios de toda gracia, […] después que hayáis padecido un poco de tiempo, […] os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. —1 Pedro 5:10


En algunas iglesias, los cultos suelen concluir con una bendición. Una de ellas está tomada de las palabras finales de Pedro en su primera epístola: «Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca» (1 Pedro 5:10). A veces, se omite la frase «después que hayáis padecido un poco de tiempo». ¿Por qué? Quizá porque es desagradable hablar del sufrimiento.

Sin embargo, enfrentar tribulaciones no debería sorprendernos. El apóstol Pablo, quien sabía muy bien qué significaba sufrir, escribió: «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Timoteo 3:12).

Si vivimos en sumisión a Dios (1 Pedro 5:6) y resistimos al diablo (v. 9), podemos esperar que nos difamen, nos malinterpreten y que, incluso, se aprovechen de nosotros. Pero el apóstol Pedro declara que tal sufrimiento tiene un propósito: perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos (v. 10).

El sendero de Dios hacia la madurez espiritual del creyente suele llevarnos a través de dificultades, pero estas nos fortalecen para poder soportar las futuras tormentas de la vida. Que el Señor nos ayude a ser fieles a medida que nos esforzamos para vivir una vida que honre su nombre. —CPH
Las dificultades son el medio de Dios para enseñarnos a ser fuertes.
Tomado: Ministerios RBC

DE DEPRIMENTE A HERMOSO


Lectura: Job 42:10-17 
Y bendijo el Señor el postrer estado de Job más que el primero… —Job 42:12


La primavera es la época del año en que Dios nos muestra que las cosas no siempre son como parecen. En pocas semanas, lo que aparenta estar inevitablemente muerto recobra vida. Bosques sombríos se transforman en paisajes coloridos. Árboles cuyas ramas desnudas se elevaban hacia el cielo durante todo el invierno, como si rogaran ser vestidas, de pronto se adornan con verdes mantos de encaje. Las flores que se marchitaron y cayeron rendidas ante el frío se levantan lentamente del suelo, desafiando la muerte.

Las Escrituras nos hablan de algunas situaciones aparentemente irremediables. Un ejemplo es Job, un hombre rico al cual Dios describió como íntegro (Job 2:3). Una catástrofe lo alcanzó y perdió todo lo que valoraba. En su angustia, declaró: «mis días […] fenecieron sin esperanza» (7:6). Lo que a Job y sus amigos les parecía una muestra de que Dios se había vuelto contra él era exactamente lo opuesto. El Señor confiaba tanto en la integridad de Job que sabía que triunfaría en su batalla contra Satanás. Más tarde, resurgieron la esperanza y la vida de este hombre.

La fiel llegada de la primavera me consuela cuando atravieso alguna situación desesperante. Con Dios, no es así. No importa cuán deprimente pueda parecer el paisaje de la vida, el Señor puede transformarlo en un glorioso jardín lleno de colores y fragancias.
—JAL
Con Dios, hay esperanza aun en las situaciones más desesperantes.
Tomado: Ministerios RBC

CALOR DE HOGAR



Lectura: Juan 14:1-6 
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; […] voy, pues, a preparar lugar para vosotros. —Juan 14:2


Una vez, mientras trabajaba como agente de recursos humanos en una empresa de construcción, aceptamos unos trabajos a dos horas de distancia, lo cual implicaba que los obreros tuvieran que viajar cuatro horas todos los días y, además, cumplir una jornada laboral completa. Para facilitar las cosas, hicimos reservas en un hotel durante la semana y contratamos vehículos y chóferes para transportar a los que querían ir y volver diariamente. ¡Casi todos prefirieron el transporte diario!

Uno de nuestros obreros más rezongones cambió su habitual conducta al relatar la sorpresa y el entusiasmo de su esposa y sus cuatro hijos la primera noche que volvió. No les había dicho que existía esa posibilidad, y los sorprendió. Más tarde, la esposa llamó al dueño de la empresa para agradecerle y dijo que su familia sería «leal de por vida» con alguien que entiende la importancia del hogar para los trabajadores.

Todo aquel que no haya tenido una casa, aun por poco tiempo, comprenderá las consoladoras palabras de Jesús a sus discípulos cuando prometió que les aguardaba un hogar eterno en el cielo (Juan 14:2). Después, para que el gozo fuera completo, les dijo que iría a prepararlo, que los guiaría hasta ese lugar y que, además, Él estaría allí (v. 3).

Recuerda el consuelo más maravilloso de esta vida: Jesús prometió que un día iremos a casa a estar con Él.
—RKK
Nada se compara con el hogar; en especial, si ese hogar es el cielo.
Tomado: Ministerios RBC

TE AMO


Lectura: Romanos 6:1-11 
Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él. —Romanos 6:8


Estábamos con mi esposo en una piscina pública, cuando la gente que nos rodeaba empezó a mirar atentamente hacia arriba. Un pequeño avión formaba letras con el humo que emitía. Mientras observábamos, el piloto escribió: «TE AMO». Todos empezamos a especular. Quizá sea una propuesta matrimonial. Tal vez un hombre romántico está con su novia en un balcón cercano, y pronto le preguntará: ¿quieres casarte conmigo? Seguimos con la mirada hacia arriba: «TE AMO, J-E-». Escuché que unas jovencitas decían: «Apuesto a que es Jerónimo o quizá Jésica». Las letras seguían apareciendo… no, era: «JESÚS». El piloto estaba declarando al mundo su amor por Jesús.

Un amigo mío suele terminar sus oraciones diciendo: «Señor, te amo». Y comenta: «No puedo evitar decirle que lo amo, después de todo lo que ha hecho por mí». En Romanos 6:1-11, nuestro pasaje bíblico para hoy, el apóstol Pablo relata algunas de las cosas que Cristo ha hecho por nosotros y por las cuales merece nuestro amor: fue crucificado, sepultado y resucitado. Por esta razón, los que hemos puesto nuestra fe en Él tenemos ahora vida eterna (v. 4), el pecado o el temor a la muerte ya no tienen que someternos (vv. 6, 9), y un día, nosotros también resucitaremos para vivir con el Señor para siempre (v. 8).

Con razón, decimos: «¡Te amo, Jesús!».
—AMC
Para mostrar su amor, Cristo murió por nosotros; para mostrar nuestro amor, vivimos para Él.
Tomado: Ministerios RBC

PROTEGER LA MARCA


Lectura: Colosenses 3:1-14 
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. —Colosenses 3:14

Una conocida tienda de venta de ropa exige que sus vendedores se vistan igual que los maniquíes de las vidrieras que exhiben las prendas. Esta práctica se conoce como «proteger la marca». La idea es que hay más probabilidades de que la gente compre la ropa porque quiere parecerse a las personas que la llevan puesta.

En una cultura consumista, es fácil caer en la trampa de pensar que podemos «comprar» aceptación si nos vestimos con la ropa que usa la gente guapa. Los vendedores quieren que creamos que una buena apariencia nos hará seductores.

A veces, incluso nos convencemos de que podemos ganar seguidores de Cristo si nos volvemos atractivos para el mundo. Pero la Biblia es clara sobre lo que realmente le importa a Dios: quiere que nos parezcamos a Cristo. En cierto modo, Jesús es nuestra «marca», porque estamos siendo conformados a su imagen (Romanos 8:29).

Atraemos a otros a Cristo cuando nos vestimos de sus atributos, los cuales incluyen misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia (Colosenses 3:12), y por encima de todo, amor (v. 14).

En lugar de embellecer y proteger nuestra imagen, debemos cuidar y reflejar la de Dios, que está siendo perfeccionada en nosotros por medio de Jesucristo.
—JAL
Una de las funciones del Espíritu es moldearnos a la semejanza de Cristo.
Tomado: Ministerios RBC

RELATAR LA HISTORIA


Lectura: Salmo 78:1-8 
… contando a la generación venidera las alabanzas del Señor, y su potencia, y las maravillas que hizo. —Salmo 78:4


En una entrevista para la revista Wired, le preguntaron al director de cine George Lucas cómo quería que lo recordaran. Contestó: «Me recordarán como cineasta […]. Con suerte, algunas de las historias que produje seguirán siendo importantes. […] Si has criado hijos, sabes que hay que explicarles las cosas; de lo contrario, terminarán aprendiéndolas a la fuerza […]. Por eso, las historias antiguas tienen que reiterarse de una manera apropiada a cada nueva generación. No creo que me vaya a alejar mucho de las historias antiguas; me parece que hay que seguir relatándolas».

En el Salmo 78, el salmista era consciente de que, posiblemente, la gente se olvidaría de las obras poderosas de Dios y que una generación se perdería; por eso, instó al pueblo de Dios a no cansarse nunca de contarles a las generaciones futuras la antigua historia de la redención (v. 4). El objetivo no era simplemente memorizar datos históricos, sino estimular la confianza, la obediencia y la esperanza en el Señor (v. 7), y evitar que las generaciones siguientes cayeran en la oscuridad de la falta de fe y la rebelión, como había sucedido con sus antepasados (v. 8).

Por el poder y la gracia de Dios en nuestra vida, deseamos ser fieles comunicadores de sus historias, para alentar a las generaciones futuras a tener fe y a ser obedientes.
—MLW
Las historias sobre la gracia de Dios en el pasado inspiran los futuros relatos de la fe.
Tomado: Ministerios RBC

RECUPERAR EL TIEMPO


Lectura: Joel 2:21-27 
Y os restituiré los años que comió la oruga… —Joel 2:25


Todos tenemos remordimientos. A menudo, nos deslizamos en senderos de malas decisiones (algunos más largos que otros) que pueden dejar secuelas en la mente, el cuerpo y el alma.

Un amigo mío pasó años hundido en el alcohol y las drogas. Pero Dios hizo una obra asombrosa en su vida, y hace poco, celebró 25 años de haberse liberado de esas adicciones. Ahora dirige una empresa exitosa, tiene una esposa dedicada e hijos que aman a Cristo. Su pasión es alcanzar a otros que han caído en las profundidades del pecado, y trabaja como un sabio y tierno consejero en esa labor de rescatar vidas.

¡Dios nunca baja los brazos! Aunque en el pasado hayamos tomado malas decisiones que nos pesan, ahora podemos decidir cómo vivir: seguir en el camino de la destrucción, revolcarnos en el remordimiento, o acudir a Cristo, creyendo que Él puede «[restituir] los años que comió la oruga» (Joel 2:25). Cuando nos arrepentimos y buscamos que nos sane y nos libere con su poder, el Señor es misericordioso.
Aunque perduren algunas secuelas del pasado, ¡podemos estar seguros de que Dios tiene un futuro bueno y glorioso para los que confían en Él! —JMS

Dios nunca abandona su tarea de convertir nuestra vida en algo hermoso.

Tomado: Ministerios RBC

CÓDIGO DE HONESTIDAD


Lectura: Lucas 16:1-10
El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. —Lucas 16:10


Muchas casas cerca de la nuestra ponen a la venta junto al camino alimentos frescos y plantas perennes. A veces, vamos en el automóvil hasta un puesto donde nadie atiende y que funciona bajo el «código de honestidad». Cuando elegimos lo que queremos, ponemos el dinero en una alcancía o en una vieja lata de café. Después, nos vamos a casa a disfrutar de las frutas y las verduras recién cosechadas.

Pero este sistema no siempre funciona. Mi amiga Jackie tiene un puesto de flores frente a su casa. Un día, mientras observaba por la ventana, vio a una mujer bien vestida y con un gran sombrero, que llenaba de plantas perennes la cajuela de su automóvil. Jackie sonreía mientras calculaba que ganaría 50 dólares por su trabajo en el jardín. Sin embargo, cuando más tarde revisó la alcancía, ¡estaba vacía! El código de honestidad reveló que esa mujer era deshonesta.

Tal vez a ella le parecía que robar flores no era algo tan grave. Pero ser honestos en las pequeñeces indica cómo actuaremos en las cosas mayores (Lucas 16:10). La honestidad aplicada a todas las áreas de nuestra vida es una manera de honrar a Jesucristo, nuestro Salvador.

Para un seguidor de Cristo, el mejor «código de honestidad» es Colosenses 3:17: «Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús…».  —CHK
 
Honestidad significa no tener nada que esconder.
Tomado: Ministerios RBC




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